Tuesday, January 29, 2008

Las Joyas Mapuche



Los araucanos, que tanto se han señalado en el arte de la guerra y cuyo valor y hazañas militares no han sido superadas por pueblo alguno, han manifestado también sus aptitudes sorprendentes, en el cultivo de las artes manuales, decorativas e industriales, y especialmente en la fabricación de adornos y objetos de plata y confección de hermosos tejidos. Los ricos adornos que ostentan los mapuches en los días de fiesta y en sus idas a la ciudad vecina causan la admiración de los viajeros que recorren las ciudades del sur y las reducciones de Araucanía, y atraen siempre la mirada de los mismos indígenas. Los araucanos, como todos los primitivos tienen gran afición por los adornos brillantes y los colores vistosos. Antes de la conquista adornaban sus melenas con plumas de choroyes, de loicas, de carpinteros y otras aves, y fabricaban collares de piedrecitas y conchas de diversos colores. Aprendieron de los españoles el arte de trabajar los metales y se hicieron pronto hábiles en esta clase de trabajos. Trataron con mucha consideración a los prisioneros de guerra que ejercían la profesión de herreros por las ventajas que sacaban ellos en la confección de hachas, espadas, puntas de lanzas, martillos, clavos y otros objetos. Ellos mismos, empleados en los duros trabajos de las minas, manejaron herramientas de metal y conocieron su superioridad sobre la piedra y la madera.



LOS "LLOVEN"

Los mapuches llevaban antiguamente en la frente y enroscadas alrededor de los cabellos largas cintas de género o de cuero enteramente cubiertas de cupulitas de plata. A uno y otro lado de la cabeza pendían las extremidades de la faja plateada que se delataba en roseta a la altura de las orejas; enseguida colgaban frente a las mejillas varios tubos o cadenillas de plata terminados por campanillas cónicas

Para un «lloven» ordinario necesitan cerca de mil cupulitas. Las disponen en líneas sobre un cuero delgado o un trozo de género; les hacen un agujero de cada lado de la base y las fijan con un hilo resistente contra la faja. La costura, invisible por el lado superior, requiere una gran habilidad de parte del platero. El hilo atraviesa el cuero, penetra debajo de la cúpula, pasa por el agujero de la base hacia la cúpula vecina y penetra en ella por un agujero basal.
El hilo, vuelve a atravesar el cuero de sostén, permanece debajo en un espacio algo menor que el diámetro de la cúpula y penetra otra vez en ella a través del cuero; sale por la pared contigua a la cúpula siguiente, en la cual entra por la abertura basal situada enfrente de la de salida de la cúpula anterior. El hilo sigue el mismo trayecto para cada cúpula y la fija sólidamente a la faja de sostén.

LOS TRARILONCOS

Los trariloncos (de trari = atar y lonco = cabeza) son adornos muy antiguos con que los araucanos ciñen su cabezas a la altura de la frente. Los primitivos eran coronas tejidas con fibras vegetales entrelazadas con hojas, flores y plumas de hermosos colores. Actualmente, los trarilonco son cadenas planas de plata, de las cuales penden discos del mismo metal
son adornos muy antiguos con que los araucanos unen sus cabezas a la altura de la frente ... Algunos son llamados medallas por los mapuches, sin duda por la semejanza que tienen las medallas con los discos de plata, o por haber sido fabricado antiguamente ciertos trariloncos con las medallas que recibían de los misioneros"





Estas cadenas con sus discos colgantes miden de 60 a 70 centímetros de largo y pesan aproximadamente 300 gramos. Existe una gran variedad de estos adornos. Algunos son llamados medallas por los mapuches, sin duda por la semejanza que tienen las medallas con los discos de plata o por haber fabricado antiguamente ciertos trariloncos con las medallas que recibían de los misioneros. Los modernos tienen muchas veces monedas de veinte centavos colgadas a un pequeño anillo o agujereadas, en lugar de los discos antiguos. El número de discos o de monedas colgantes varía mucho en los trariloncos: los más sencillos tienen 20; los más ricos hasta 50; son comunes los de 24, 30, 36 y 40.


Las cadenas compuestas de dos clases de eslabones, son generalmente bien trabajadas. En todas aparecen aplicados el principio de repetición y alternación. No se debe buscar en ellas la abundancia ni la perfección de los detalles, sino la belleza y la originalidad de las formas. Los eslabones de orden par y los de orden impar son bien diferentes. Los impares, grandes y macizos de formas siempre elegantes constituyen uno de los elementos más decorativos del trarilonco. Los pares, siempre más sencillos, son anillos delgados y aplanados que tienen sólo un papel de unión; permanecen generalmente cerrados por una sutura. Los eslabones decorativos, los de unión y los discos colgantes son fabricados en series por los plateros y enlazados después.
Fragmentos de diferentes trariloncos dibujados en tamaño natural permiten formarse una idea más exacta de la estructura de sus elementos. Las placas decorativas, de formas rectangulares u ovaladas, de parte central maciza o vacía, tienen siempre una o dos aberturas para colgar los discos. Los eslabones de forma ovalada son parecidos, a veces, a una cifra de ocho prolongada y extendida, de contornos redondeados en ambas extremidades y almenadas en la región media




Los «Chahuay»
Los «chahuay» o zarcillos son adornos de plata que las araucanas llevan pendientes del lóbulo inferior de las orejas. Los más comunes son discoidales; los demás, campanuliformes, son conocidos con el nombre de «upul». Unos y otros son notables tanto por sus decoraciones como por su peso y sus grandes dimensiones. Algunos discoidales son compuestos y llevan varios pendientes menores; los «upul» se componen de una sola pieza. Los plateros fabrican los «chahuay», laminando la plata con el martillo o fundiéndola y vaciándola en moldes. Recortan las láminas con tijeras o cinceles para conseguir discos de contornos muy regulares:
Les hacen algunas aberturas centrales, guardando el debido paralelismo con los bordes y emparejan con limas las partes recortadas. Practican una abertura circular mayor en la región superior del «chahuay» para aislar un filamento de plata destinado a penetrar en la oreja.






Los «Siquel» y «Trapelacucha»
Los «siquel» (de chicull=cosquillas) y «trapelacucha» (de thapel=sarta y de acucha=aguja) son anchas cadenas de plata que las araucanas llevan en forma pectoral pendientes del «tupu» y del punzón. Los «siquel» se diferencias de los «trapelacucha» por su ancho dos
o tres veces mayor. Ambos son adornos de grandes dimensiones y de singular belleza. Su largo varía entre 30 y 35 centímetros y su ancho entre 3 y 10. Su peso alcanza hasta 500 gramos. La forma de las placas y de los eslabones de enlace, las decoraciones en relieve y las superficiales, los discos y flores colgantes, son de una gran variedad. En todos, la forma general es elegante, aún cuando las decoraciones superficiales sean descuidadas. En ellos aparecen aplicados con mucho arte los principios de repetición, de alternación y de simetría,



LOS TRARIPEL

(de trari=atar y pilco=cuello)

son collares de diferentes formas usados por las araucanas. Tienen un origen muy antiguo, según los datos recogidos de los viejos mapuches. Los primitivos, llamados «llancatos», se componían de varios filamentos en los cuales ensartaban piedrecitas verdes y azules consideradas preciosas por los indígenas.
Estos adornos parecen tener, lo mismo que la palabra llancato con que se los designa, un origen quichua. Las piedras de color fueron sustituidas con el tiempo por pequeñas cuentas de plata de forma prismática, atravesadas por un cordón de sostén.
El «llancato» tiene seis y más filamentos de longitud desigual, enteramente envueltos por las cuentas y reunidos por sus extremos. Colocado alrededor del cuello, los filamentos caen flojamente a distinta altura sobre el pecho y describen arcos plateados.



Punzones y «Tupu»
Los punzones son alfileres muy largos y de cabeza esférica con que las araucanas abrochan sus chamales. Los «tupu» son también alfileres de grandes dimensiones usados para los mismos fines que los punzones de los cuales difieren por una lámina circular como cabeza en lugar de esfera. Los «tupu» son más comunes actualmente que los punzones. Unos y Otros tienen un origen extranjero. Los indios de Bolivia usaban el «tupu» antes de los araucanos. Los punzones tan parecidos entre sí, son de dimensiones muy variadas; los más chicos tienen apenas diez centímetros de largo, con una esfera de grueso proporcionado, mientras que los más grandes alcanzan hasta 60 centímetros de largo con una esfera Los tupus son alfileres de dimensiones grandes que igual que los punzones sirven para prender el chamal pero se diferencian de este ultimo que en vez de una cabeza.esférica poseen una lámina circular.
de diez centímetros de diámetro La parte puntiaguda, dilatada cerca de la esfera, se prolonga hacia abajo en forma prismática; encima de la esfera aparece otra parte saliente torneada, terminada por una abertura de la cual pende una cruz.
Alfileres largos de cabeza esférica con que las mapuches abrochan sus chamales.




POLIQUI

Adorno femenino para la cabeza que se lleva en la frente y enroscada alrededor de los cabellos. A la altura de las orejas se amplía en forma de rosa y, más abajo, cuelgan varios tubos o cadenillas de plata.











4 comments:

Moon said...

gran pagina enseña

Unknown said...

muy didáctico la explicación de cada joya.Aparte conocemos el arte de la joyería mapuche.

Unknown said...

Estimada, muy interesante su blog sin embargo respecto a los orígenes de la platería mapuche hoy se sabe que el conocimiento en el arte de la orfebrería es previo a la llegada del español, se han encontrado joyas mapuches en cobre de tiempos precolombinos. Lo que llega luego de la conquista es el uso de la plata y la masificación de este material para el uso de joyas. Por cierto el termino "primitivos" suena despectivo, esos son términos que utilizaba el europeo en tiempos de la conquista para validar la guerra, imponiéndose como cultura "superior".

Atte. Patricio Weiler
Profesor de Historia y Ciencias Sociales y mediador educativo del Museo Chileno de Arte Precolombino.

Les said...

Agradezco tu aporte Patricio Weiler, es importante y significado hacer esos alcances que ayudan a esclarecer algunas creencias que no son del todo ciertas respecto a nuestro pueblo.